viernes, 11 de junio de 2010

Interfases de Usuario en Aplicaciones

En la actualidad, las empresas de software están sujetas a una enorme presión para ofrecer al mercado aplicaciones empresariales robustas, usables y eficientes que satisfagan las expectativas cada vez más exigentes de los usuarios y los ejecutivos, que necesitan un acceso contextual a los datos y a las herramientas del negocio para seguir siendo competitivos. Las aplicaciones deben ser también lo suficientemente flexibles como para que la empresa pueda adaptarse a la coyuntura y a las exigencias del mercado, siempre en constante evolución.

Durante los diez últimos años, los clientes “ligeros” (Thin Clients) o aplicaciones Web (que se ejecutan con un Navegador), han dominado el universo de las aplicaciones empresariales gracias a la sencillez con la que se pueden implementar, actualizar y administrar. Sin embargo, aunque los clientes “ligeros” solucionan la mayoría de los problemas de implementación en cuanto a TI, a menudo no satisfacen las expectativas de los usuarios finales en lo relativo a usabilidad, rendimiento y robustez. Hoy en día, los usuarios exigen aplicaciones más rápidas y con mayor capacidad de respuesta, que les permitan realizar su trabajo diario de forma flexible y eficiente, lo que no siempre es posible dadas las limitaciones propias de los clientes “ligeros”.
Si consideramos todos estos factores en conjunto, es evidente que el entorno empresarial exige un nuevo tipo de tecnología a nivel cliente para satisfacer las cada vez más amplias necesidades de los usuarios de las empresas.

Puesto que la aceptación por parte de los usuarios es clave para que los proyectos de implementación alcancen su objetivo, a la hora de seleccionar una solución empresarial (ERP, CRM, PLM, …), las empresas hoy en día, deben prestar especial atención a la experiencia de los usuarios.
Dicho esto, cuando una empresa se plantea implantar una solución empresarial que ofrezca una avanzada experiencia de usuario, y al mismo tiempo sea fácil y rápida de implementar dispone fundamentalmente de dos alternativas:

1. Los clientes “ligeros mejorados” que utilizan tecnologías como ActiveX, AJAX y ASP.NET para dotar al navegador de una interface de usuario más avanzada.

2. La nueva generación de “clientes inteligentes” (SmartClients), que prometen sacar el máximo partido del modelo cliente-servidor (“clientes pesados”), permitiendo que los usuarios disfruten de una experiencia avanzada, y al mismo tiempo, aportan las ventajas de despliegue y actualización de los clientes “ligeros”

Ambas tecnologías son necesarias y una no sustituye a la otra, simplemente las empresas disponen de un abanico más amplio de opciones. En el proceso de selección de soluciones empresariales críticas para una empresa, especialmente aquellas que son compartidas por varios departamentos (como sistemas de gestión de recursos empresariales ERP, o sistemas de gestión de clientes CRM), es muy importante analizar las características de las tecnologías cliente subyacentes, para determinar qué opción se adapta mejor a las necesidades del negocio y al perfil de los usuarios.

Después de analizar exhaustivamente diferentes aspectos como son el rendimiento, la usabilidad, el coste total de propiedad, la seguridad y la sencillez de integración, en mi opinion, los clientes “ligeros mejorados” son una buena solución en el caso de las aplicaciones dirigidas a los consumidores a las que se puede acceder desde todo el mundo, sin embargo, para las aplicaciones empresariales, se requiere una solución que se adapte a los procesos de negocio y ofrezca una interface de usuario avanzada, intuitiva y muy interactiva, y desde esta perspectiva, estoy convencido de que las soluciones SmartClient son la mejor alternativa hoy en día, ya que ofrecen unos niveles de usabilidad, flexibilidad, rapidez y potencia que no están al alcance de los clientes “ligeros mejorados”.
A mi juicio, los SmartClients representan el futuro de las aplicaciones empresariales. Por el contrario, el uso de AJAX, ASP.NET y ActiveX en clientes “ligeros” mejorados para aplicaciones de gestión, es más bien un intento de “vestir” como modernas las tecnologías antiguas para ocultar sus carencias. Esto no quiere decir que los clientes “ligeros” y Web 2.0 sean tecnologías obsoletas; simplemente su objetivo es otro.

Microsoft ha gastado millones de dólares en desarrollar y adoptar la tecnología SmartClient, que ha sido muy bien recibida por las comunidades de desarrolladores. Con SmartClient, Microsoft ha solucionado las carencias de los clientes Windows tradicionales, entre las que cabe mencionar:
- Dificultades de despliegue y actualización
- Costosa administración de DLL’s
- Imposibilidad de acceder de forma remota
- Rendimiento bajo
- Capacidad de integración
- Prestaciones limitadas de los equipos más antiguos

En esencia, los SmartClients incorporan todas las ventajas de los clientes Windows “pesados” y de los clientes Web “ligeros”, resuelven los inconvenientes de los entornos cliente/servidor tradicionales, y agregan nuevas ventajas y mayor flexibilidad para reducir el coste total de propiedad de la aplicación al tiempo que se incrementa la aceptación por parte de los usuarios.

viernes, 15 de enero de 2010

Implantaciones de Software de Gestión

Cuando una empresa trata de implementar un nuevo sistema de gestión (ERP, CRM, SCM, PLM, …), hay un componente esencial a tener en cuenta que muchas veces se pasa por alto, que es la alineación del proceso de puesta en marcha y configuración de la solución, con los objetivos estratégicos corporativos.
En definitiva, antes de configurar un sistema para adecuarse a una determinada forma de trabajar - a unos procesos de negocio específicos -, es clave tener muy claro cuáles son esos procesos, es decir, tener definida la operativa de la compañía, lo cual es imposible sin previamente haber establecido una estrategia corporativa general y unos objetivos globales a nivel compañía.
Por lo tanto, un enfoque adecuado para afrontar la implementación de un nuevo sistema de gestión que va a implicar un cambio del sistema de información de la compañía, debería siempre estar precedido por:
1. Definición de la estrategia corporativa y objetivos empresariales. Con un horizonte de 3 a 5 años, tendríamos que ser capaces de responder a preguntas como éstas:
· Dónde queremos que esté la compañía dentro de 5 años ?
· Qué tipo de operativa nos permitiría conseguir esos objetivos estratégicos empresariales ?
2. Una vez tengamos clara la estrategia corporativa global, y hayamos definido la operativa para lograrla, habría que centrarse en definir tácticamente los procesos de negocio que nos permitirán ajustarnos a ella.
3. Un tercer elemento fundamental, es establecer la forma en la que vamos a medir el rendimiento que vayamos consiguiendo a todos los niveles: procesos de negocio, operativa, y estrategia corporativa. El análisis del rendimiento que vayamos obteniendo, nos permitirá visualizar si estamos realmente yendo en la dirección correcta y con la velocidad adecuada, o si hemos de tomar alguna decisión para corregir el rumbo o el ritmo de avance.
4. A partir de aquí es cuando podemos ya empezar a configurar el nuevo sistema empresarial para que se adecue a los objetivos y procesos establecidos en los 3 primeros puntos. La mayoría de aplicaciones actuales ofrecen muchas posibilidades de configuración, y aunque algunas empresas se dejan influenciar por las propuestas que se proponen por defecto para configurar las soluciones, si se tienen perfectamente claros los proceso de negocio corporativos, es muchísimo más fácil tomar decisiones para parametrizar la solución que estemos implantando, y las posibilidades de éxito son mucho mayores.
Muy frecuentemente, las compañías empiezan la implementación de un nuevo sistema de gestión por el punto 4, es decir, se dedican a parametrizar la solución según las posibilidades que ésta ofrece, o simplemente siguen los consejos que consultores externos o el propio fabricante les ofrecen como “mejores prácticas” para su sector, sin tener realmente en cuenta sus necesidades específicas, ni la adecuación a sus procesos de negocio que se deberían seguir para lograr los objetivos empresariales. Si esto sucede, es el mejor inicio para que la implementación sea un fracaso.
Otro aspecto que en los proyectos de implantación de una solución de gestión suele llevar a grandes discusiones, frustraciones y desengaños es el sobrecoste de los servicios de implementación incurridos, con respecto a los importes presupuestados al inicio.
Según los analistas del sector de aplicaciones ERP, un 86% de las implantaciones de estas soluciones sobrepasan el presupuesto inicial, y el 60% de ellas lo hacen en más de un 10%. Evidentemente cada caso es un mundo y es difícil generalizar las razones, pero un factor común en todas ellas acostumbra a ser el hecho de querer reducir costes y reducir tiempos, intentando para ello tomar atajos que a la postre no conducen más que a tener que re-hacer tareas y encarecer el coste final.
Obviamente, el enfoque adecuado no es trabajar con un presupuesto abierto y sin ningún tipo de límites, pero es importante ser realista y considerar el tiempo y esfuerzo que una implementación de este tipo de sistemas exige. Para poder estimar los plazos adecuadamente es también fundamental conocer nuestros procesos de negocio interno, y las capacidades de configuración del sistema adoptado
Después de muchos años de experiencia, aquí van algunas observaciones para gestionar y mantener bajo control un presupuesto de implementación:
· Elegir la solución adecuada según la estrategia y la operativa establecidas. La mejor solución no es la más cara, ni la más rica funcionalmente, sino la que mejor se adapta a las necesidades y requerimientos corporativos. “Si tu hábitat es la montaña, el mejor coche no será un Ferrari o un deportivo”
· Contar con recursos con experiencia, ya sean internos o externos, pero no confiar la implantación a recién incorporados. La experiencia en sistemas de información es importante
· No infravalorar la formación y los procesos de gestión del cambio que una puesta en marcha de este tipo significan en una organización
· Asignar el tiempo necesario para hacer las cosas bien. Planificar las tareas adecuadamente, sin establecer una fecha limite sin sentido. Debe haber tiempo para poder terminar las pruebas o realizar un proceso en paralelo si fuese necesario, para que el sistema arranque en condiciones. Una frase que a veces he usado con algunos clientes y que creo refleja bien este aspecto es la siguiente: “Un embarazo dura 9 meses por más recursos que pongamos”
· Probar, Probar y Probar otra vez , involucrando cuanto antes al usuario final en el proceso

martes, 5 de enero de 2010

La Tecnología en Tiempos de Crisis

Inmersos en una crisis económica mundial, las empresas han tomado ya medidas o están pensando en hacerlo, con objeto de afrontar de la mejor forma posible este escenario empresarial que se antoja duro para el 2009. La tecnología y los departamentos de TI, pueden representar un factor diferencial para superar con éxito estos tiempos.

2009 será sin duda un año de cambio a medida que las organizaciones recorten gastos y ajusten más sus recursos con el fin de sobrevivir y prosperar durante la crisis económica. Sin embargo, las empresas que aprovechen la situación para mirar un poco más allá, y se apoyen en su departamento TI para buscar la eficiencia, podrán salir reforzados de esta crisis habiendo logrado una ventaja competitiva en sus mercados para los próximos años.

En una reciente encuesta que hemos realizado con nuestra base instalada, hemos podido constatar cuáles son los objetivos y requerimientos más importantes de los clientes en estos momentos. Resumiendo los resultados, podemos agrupar en estos tres grandes bloques los rasgos comunes detectados en sus prioridades:

  • Optimización de Procesos – Revisar y mejorar los procesos de negocio con objeto de optimizar la productividad, reducir costes, mejorar la eficiencia, mantener o aumentar márgenes y disponer de más información útil para tomar decisiones y proporcionar valor a los clientes.
  • Diferenciación en el Mercado – Proporcionar soluciones/productos competitivos en sus mercados, y potenciar los valores diferenciales y las mejores prácticas de negocio para hacer que su oferta represente algo único.
  • Agilidad en el Negocio – Ser capaces de responder de forma rápida a los constantes cambios del mercado, sin perder de vista la rentabilidad y los márgenes, y por supuesto, garantizando el cumplimiento de todas las normativas legales vigentes.

No será posible alcanzar estos objetivos, ni salir reforzados de la crisis, sin apoyarse en la tecnología, y aunque es lógico racionalizar los presupuestos de TI, analizar detenidamente las nuevas contrataciones, alargar el periodo de vida de PC’s, renegociar contratos de mantenimiento, posponer migraciones no necesarias, externalizar servicios complementarios, etc …, es también vital NO parar los proyectos e inversiones de TI críticos para el desarrollo estratégico del negocio, y que favorecen la consecución de los objetivos mencionados anteriormente.

Los expertos recomiendan decantarse por proyectos que garanticen un retorno de la inversión rápido, y potenciar modelos de trabajo más eficientes, involucrando a los responsables de tecnología en la dirección estratégica de la compañía, puesto que de ellos dependerá que se aproveche cualquier atisbo de eficiencia en su organización para el próximo año.

El poder de compra y los precios de mercado actuales, son en estos tiempos una magnífica oportunidad para emprender ciertos proyectos de infraestructura y software de aplicaciones, que pueden resultar a largo plazo, clave para el futuro de la compañía.

Es evidente que simplemente con la tecnología no será suficiente, y en mi opinión valdría la pena reflexionar también sobre estos 3 aspectos:

  • No dejar que el pánico domine las decisiones de negocio, ya que si esto sucede, en vez de ayudar, se provocan daños irreparables. La recesión del 2000-2001 fue un ejemplo claro en muchas empresas de toma de decisiones con total abandono de estrategias de negocio, cierres de centros no procedentes, despidos masivos, etc … que a corto plazo permitió reducir costes, pero que también impidió a muchas de ellas recuperarse un año y medio más tarde.
  • Identificar y tratar de no perder a las personas clave de la organización, que aunque a veces sean consideradas como “caras”, son la que fomentan nuevas ideas y permiten gestionar cambios necesarios para seguir siendo competitivos.
  • Poner énfasis en lo que la compañía sabe hacer mejor, para intentar ganar (o al menos no perder) cuota de mercado, reforzar el posicionamiento de productos/marcas, y poder crecer más deprisa que la competencia.